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El concurso literario de microrrelatos de este curso llevó por título "Ángeles de la guerra" , siendo este el tema de las composiciones tal y como se reflejaba en la convocatoria.

PRIMER PREMIO NIVEL C

QUOUSQUE TANDEM ABUTENTUR PATIENTIA NOSTRA…

 

He tenido una terrible pesadilla anoche: tú y yo nos estábamos peleando a muerte por un trozo de pan. Debía de ser un pan estupendo; o eso, o el único pedazo del mundo, no lo sé. En un fugaz instante de respiro, tras romperte un dedo, levanté la vista mientras tú gritabas de dolor. Miles y miles de hombres, como tú y yo, perdiendo la razón para recibir esa porción de comida. Pero ya no estaba. Unos señores se estaban comiendo nuestro pan dichosamente, apostando por quién mataría a quién y apoyando a sus campeones…

Tengo un amigo, no es de por aquí. Siempre está a mi lado. Su nombre es peculiar y largo; yo lo llamo AK, para abreviar. Juntos conocimos a mucha gente: hombres, mujeres, niños… Es curioso: cada vez que él y yo nos encontramos a alguien, recuerdo mi pesadilla, y él me obliga a vivirla.

Algún día te verás forzado a tener un amigo como el mío, y mi pesadilla será tu pesadilla, y la vivirás, al igual que yo. Nunca te comerás el trozo de pan: los señores lo harán por ti.

Sé que no quieres esto, pero la vida es así de injusta, Dorothy: esto ya no es Kansas, esto es la guerra.

SILVIU G. COCIUBAN 1ºBHC

 

 

                                                         

SEGUNDO  PREMIO NIVEL C

DESENLACE

 

En el sombrío despacho de la capital hacía mucho tiempo que ya no había actividad. Un único hombre, en pesada gabardina, de cabellos blancos, contemplaba de pie ante su ventana la desoladora imagen de los edificios de mármol, antaño nobles y destacados, hoy en ruinas. Los muertos, desparramados por doquier a causa de los últimos bombardeos completaban el cuadro macabro. Blanco manchado de rojo.

La mujer entró con paso diligente en el despacho. Vaciló al acercarse al hombre y, armándose de valor, le transmitió el mensaje. Éste no se movió. Suspiró, sintiéndose aliviada de que, al menos, todo acabaría ese día, para bien o para mal. Mejor dicho, de que todo acabaría mal, pero, al menos, acabaría. Porque si algo sabía era que aquello no podía terminar bien. Aún nerviosa, enzarzada en sus pensamientos, se dio la vuelta para salir del despacho y, quizás, con suerte, empezar una nueva vida.

 

Cuando ellos entraron en tropel, sólo encontraron el grácil cuerpo sin vida de la secretaria y un grotesco modelo de cera de su enemigo.

 

 

DIEGO FRANCISCO FERNÁNDEZ 1ºBTB

TERCER PREMIO NIVEL C

NATURALEZA MUERTA

 

Así como los seres humanos a través de los años, la Tierra también evolucionó. Una vez el sol puesto, los soldados dormidos y las armas descargadas, la naturaleza anunció su llegada.

Las raíces de los árboles y de las plantas surgieron de la tierra, se aferraron a los muslos de los muertos, los civiles y los soldados, y los arrastraron bajo la tierra sin prisa alguna. Las nubes grises descargaron su lluvia cual diluvio sobre la zona de combate para lavar la sangre. El viento recogió los cartuchos que tapizaban las calles como mosaicos y los fue erosionando hasta convertirlos en polvo y semillas de odio. La tierra y las rocas rellenaron los cráteres, aquellos besos fatales de las bombas. La rutina acabó cuando las hojas cubrieron los techos de las casas derruidas.

La Madre Tierra trabajó durante toda la noche para sanar sus heridas y descansó cuando los primeros rayos de luz iluminaron las nubes de un color butano. Entonces los hermanos afilaron sus corazones y los truenos de lid resumieron su cruel capricho.

El ciclo se repetiría al caer la noche, y así infinitamente.

MARIANA PRESA GUTIÉRREZ 1º BTA

PRIMER PREMIO NIVEL B

EPÍLOGO

 

¿Por qué es negra la guerra? Lo único que yo veo ahora es blanco. Una luz cegadora, aunque ya no pueda ver. Un color abrasador, aunque ya no pueda sentir.

La guerra no es negra, no, pero tampoco es blanca. Nunca había visto, de hecho, nada con tantos colores y a la vez ninguno. Un suceso devastador, sí, pero maravilloso a su vez. Y es que la sangre no es roja, ni tampoco azul. ¿Qué más da, si es sólo nuestra percepción?

La paz no es blanca, no, pero tampoco es negra. La paz es esperanza, y la esperanza no es verde. ¿Por qué? Me pregunto, ¿por qué esa necesidad de asignar a cada concepto un color? Eso es lo que hace ciego al humano, no la falta de visión. No la fe.

Ahora, que ya no veo ningún naranja ni morado, cian ni amarillo, y a la vez los veo todos, ahora puedo afirmar que parto en paz, como un ángel en la guerra.

-Extracto del diario del general Montgomery “el Loco”, fallecido durante la primera guerra nuclear.-

SUSANA VALVIDARES. 3º ESO-B

SEGUNDO PREMIO NIVEL B

HAN PASADO LOS AÑOS

 

 

              Llevaba coletas, pero en realidad nunca fue niña. No se lo pusieron fácil. Tuvo que soportar ruidos estremecedores, tuvo que ver muertes de inocentes. Todo ello en su ventana, desde luego, que si la veían, la iban a matar; y aun así sobrevivió.

 

              Y hoy, que han pasado los años, su mirada sigue pareciendo dura, pero por dentro está la niña que nunca le dejaron ser. Haciendo que nada importa. Que nadie le ha regalado nada, y que esconderse al lado de esa ventana nunca se le olvidará, viendo desde sus pequeños ojos, como se iban con los disparos sus familiares.

 

              No, esto no es comparable con nada. Y cada vez que vuelve es casi temblar.

Igual de tanto disimular, de tanto llorar por las noches, igual así se le olvida que la guerra no era una rutina ni una comodidad, no era estar por pena o por miedo. Igual la guerra era intentar sonreír cada día y ser valiente. Muy valiente para dar pasos hacia adelante aunque duelan. Y qué pena que muchas veces el mundo es no atreverse.

LUCÍA HEVIA. 3ºESO-B

PRIMER PREMIO NIVEL A

SUPERVIVENCIA

 

De repente, estalla la Bomba, no sé qué hacer.

Me duele mucho. Caminar sin piernas será algo nuevo para mí.

LORENA DÍAZ BARREDO  (1ºESO B)

TERCER  PREMIO NIVEL A

AQUEL CAMPO

 

La bonita sonrisa típica del niño de doce años se partió en mil pedazo esparcidos por el campo recién sembrado…

ADRIÁN LÓPEZ BALCÁN  (1ºESO B)

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